Los meniscos actúan normalmente como amortiguadores de la carga del cuerpo a través de la rodilla, en un mecanismo natura conocido como “hoop estrés”, a través de este mecanismo los meniscos convierten la carga vertical generada por el peso del cuerpo a cargas horizontales o axiales que se distribuyen de manera armoniosa a través de toda la rodilla, cuando un menisco se rompe o extirpa de manera quirúrgica este mecanismo se ve alterado.

Las lesiones meniscales pueden dividirse de varias maneras, una de ellas es el mecanismo que origino la lesión: 1) podemos encontrar LESIONES TRAUMATICAS las cuales generalmente se presentan en pacientes jóvenes como consecuencia de traumatismos durante la actividad deportiva o laborar y las 2) LESIONES DEGENERATIVAS en las que el menisco con el paso del tiempo pierde parte de los elementos que lo componen (agua, proteínas, colágeno, etc.) lo cual lo vuelve más susceptible a rupturas, este tipo de lesiones son más comunes en pacientes de edad avanzada y no existe un antecedente claro de un traumatismo.

Para poder evaluar a un paciente con una lesión en el menisco es necesario realizar una historia clínica detalla, una exploración física minuciosa y la realización de pruebas específicas de lesiones meniscales, del mismo modo la realización de una resonancia magnética nuclear resulta imprescindible para evaluar la estructura del menisco.

En los últimos años existe una tendencia cada vez mayor a conservar la mayor cantidad de tejido meniscal, esto especialmente en pacientes jóvenes, por lo que las técnicas de reparación meniscal se realizan con mayores frecuencias que las de extirpación meniscal (meniscectomía), otra vertiente es la sustitución del menisco por un injerto de cadáver (aloinjerto) o un implante artificial sintético.

Los resultados son en la mayoría de los casos muy favorables, los protocolos de rehabilitación varían dependiendo si se realización una sutura o una meniscectomía, pero en general son cortos y permiten reintegrarse a la actividad deportiva y laboral.