células madre, plasma rico en plaquetas y ácido hialuronico

El tratamiento con células madre para tratar la rodilla es uno de los métodos terapéuticos más novedosos e innovadores que están siendo utilizados actualmente.

Destacados estudios clínicos confirman la capacidad que tiene una sola intervención con células madre mesenquimales adultas sobre la artrosis de rodilla. Entre otros datos se concluye que este tipo de tratamiento restaura la articulación, aboliendo el dolor en más del 99% de los pacientes tratados.

Las células madre mesenquimales son capaces de transformarse en cualquier otra célula que forme parte de nuestro organismo. Desde hace varios años se ha propuesto el uso de este tipo de células madre en rodilla, gracias a la capacidad que poseen para reemplazar células dañadas o enfermas por nuevas células especializadas. Estas se pueden obtener mediante de la grasa abdominal, el método más sencillo y cómodo para el paciente, para luego preparar los concentrados celulares a ser inyectados en la zona lesionada.

Plasma rico en plaquetas

El plasma rico en plaquetas se deriva de una muestra de la propia sangre del paciente. Las inyecciones terapéuticas contienen plasma con una mayor concentración de plaquetas de la que se encuentra en la sangre normal. El objetivo es aprovechar las propiedades curativas naturales de la sangre para reparar el cartílago dañado, los tendones, ligamentos, músculos, o incluso, hueso.

El potencial regenerativo y antiinflamatorio del plasma rico en plaquetas está siendo investigado en múltiples patologías músculo-esqueléticas incluyendo la artrosis.

La meta de la artrosis con el PRP es:

•             Reducir e incluso eliminar el dolor

•             Mejorar la función articular

•             Enlentecer la evolución de la artrosis o incluso reparar los daños en el cartílago hasta donde biológicamente sea posible

Ácido hialurónico

La visco suplementación o infiltración de ácido hialurónico, tiene el objetivo de disminuir el dolor articular y mejorar el estado funcional de la articulación artrósica y, más particularmente, la rodilla. Este tratamiento no sustituye a otras recomendaciones como controlar el peso, no violentar la articulación con una actividad física agresiva, aunque sí ejercitarla con moderación, y cumplir los tratamientos prescritos. De lo contrario, lo que pueda ganar con el ácido hialurónico lo va a perder por otro lado y difícilmente notará ninguna mejora.

El ácido hialurónico es una sustancia de textura viscosa, formada por moléculas de gran tamaño, que abunda en los ojos, en la piel y en las articulaciones.

Dadas sus propiedades, este elemento actúa como lubricante y relleno en las articulaciones, por eso es beneficioso para el tratamiento de la artritis de rodilla y de otras articulaciones y ligamentos. Los beneficios para el paciente con artritis son evidentes, ya que el tratamiento le permite moverse sin dolor y fricciones.

El ácido hialurónico se aplica mediante inyección intraarticular, para ello, se utiliza una fina jeringa con la que se inyecta esta sustancia dentro de la articulación. La primera vez puede sorprender la sensación de la aguja en la rodilla, pero no es más molesta que el pinchazo de un análisis de sangre.

La aplicación del ácido hialurónico permite que el paciente experimente una rápida mejoría de los síntomas, sobre todo del dolor asociado a la artritis. En un plazo de 24 horas el paciente comienza a notar diferencias y sus efectos beneficiosos pueden prolongarse a lo largo de más de seis meses. En este tiempo, el dolor asociado a la artritis de rodilla desaparecerá o se reducirá en gran parte.